Tuesday, July 03, 2012

La mutabilidad del pasado.


La mutabilidad del pasado.
El apasionamiento con  el cual abordamos  las contingencias del presente  y  las incertidumbres del futuro, más la distancia que normalmente  existe entre los nuevas evidencias e interpretaciones del pasado del conocimiento de la opinión pública, hacen que se permanezcan ciertas imágenes o versiones del pasado que más  han perdido por así decirlo pertinencia explicativa o derechamente son a todas luces una falsedad. Sabido es que el conocimiento científico es  acumulativo, pero cada cierto tiempo los investigadores  nos sorprenden con nuevas interpretaciones a partir de nuevos hallazgos o descubrimiento que derrumban las explicaciones que hasta ese momento se  consideraban validas. 
Podemos mencionar acontecimientos que aportan en esta dirección: entre los más reciente la exposición Pitren. 1000 que acaba de ser inaugurada en el Museo Regional de La Araucanía , que es  el resultado de las excavaciones  realizadas en un predio de Labranza en el  que “pudieron rescatar y documentar los contextos funerarios presentes aún en terreno, con un total de 55 tumbas, 190 piezas de cerámica y 130 instrumentos líticos (de piedra). Otros artefactos culturales recuperados y que resultan únicos hasta ahora son 9 aros de cobre, restos de collares y colgantes elaborados con cuentas de cerámica, piedra y conchas de ostiones, parte de la fibra vegetal que unía las cuentas, y un pequeño fragmento textil elaborado con fibras de alpaca” según lo informado por  el Diario Austral.  Los pequeños aros de metal  que hoy podemos observar en la muy bien preparada exhibición nos abren muchas interrogantes sobre lo que se suponía era el uso de los metales entre los mapuches, el cual habría surgido  a través del contacto con los españoles unos 400 o 500 años después.  Al menos mientras siga siendo la única evidencia se pueden elucubrar variadas hipótesis acerca de  la significación y relevancia tuvo el uso de metales entre cultura considera anterior  a la Mapuche. 
 Otra situación a considerar al menos a lo que  a mí respecta, es  la publicación en Chile del  texto” Monumentos, Imperio y Resistencia en los Andes. El Sistema de Gobierno Mapuche  y Las Narrativas Mapuches” del   Arqueólogo Tom D. Dillehay  en el reciente año que paso.  Es uno de los libros más relevante que se hayan  escrito sobre el pasado de lo que hoy es la  Región de La Araucanía. Recurriré a una cita  Ana Marriella Bacigalupo, antropóloga la que a mi juicio representa adecuadamente lo que representa este trabajo.” Este decisivo libro ofrece una nueva comprensión de la organización sociopolítica y religiosa y religiosa araucana en el centro sur de Chile entre 1550-1850, a través del análisis arqueológicos de los paisajes sagrados, las fuentes etnohistóricas y las narrativas rituales de los chamanes contemporáneos”. El acabado estudios de los Kuel (cerros artificiales de carácter ceremonial)  sitúa a esta cultura originaria de este territorio con vinculación con lo que se ha denominado el pensamiento andino, lo cual estaría a la base  de la estructuración política y religiosa y la utilización de técnicas  de regadío que provendrían del contacto con  los Incas.  
 La obra de Dillehay debiera propiciar una amplia discusión académica en  las ciencias sociales del país y particularmente en  quienes son parte de ella en nuestra región,  pues sus alcances no solo deben reformar los programas  de la formación de las carreras afines, sino que obligan a repensar nuestro pasado  con  las beneficiosas consecuencias que esta situación tiene para nuestro presente y futuro. 

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